Vivir islámicamente en Latinoamérica: el reto del verdadero creyente

by asadian
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SHAFAQNA |por Sdenka Saavedra Alfaro (1): Si bien es cierto que en América Latina, el islam está creciendo tal como lo manifestamos (2), y que de acuerdo a varios estudios se espera que para el 2030 el número de musulmanes se duplique en este Continente superando los 10 millones, también son indudables los retos y desafíos que existen en cuanto no sólo a seguir combatiendo la ignorancia que aún prevalece  sobre esta Civilización; pues no se ha borrado el desconocimiento de esta forma de vida, donde todavía se continúa confundiendo que por ejemplo llevar el “hiyab” (velo) o el vestuario holgado no significa ser árabe o tener una ascendencia cultural de Medio Oriente o tildar de árabes a todos los  lo cual  es incorrecto, ya que el país donde existen la mayor cantidad de musulmanes no es árabe, ni mucho menos sino es Indonesia (3), o continuar aseverando que el musulmán es islamista o terrorista, o muchas otras cosas, fruto de la manipulación y desinformación debido a la mala propaganda de los medios de comunicación, también existe al respecto, el gran desafío que es el de vivir bajo las normas islámicas en países donde no se encuentran mezquitas, centros, u otros lugares donde se estudia y se practica el islam, de ahí es que se hace necesario el de responder a muchas interrogantes en este pequeño escrito dando a conocer el buen vivir en el islam, característica fundamental que cada vez más atrae al mundo en su resistencia frente a la arrogancia mundial.

Sin lugar a dudas en la actualidad, donde se vive en una espiral de violencia, de inseguridad, y de crisis; peor aún con el advenimiento de la pandemia del coronavirus que ha hecho más creciente la desigualdad social, el desempleo crónico, sumado a la falta de oportunidades económicas y educativas, y demás, además de ello se suma las crecientes invasiones o guerras a países oprimidos por los arrogantes, las que continúan, y que también entre otras cosas siguen llevando a la juventud, a la adolescencia, a los niños a una crisis de frustración y desaliento; pues no se puede escapar de este sistema caótico capitalista donde los métodos de control social generan adhesión, sumisión, complacencia, en una palabra domesticación, convirtiendo a los jóvenes en meros consumistas, despilfarradores, haciendo que pierdan completamente sus valores sociales, morales y sobretodo espirituales, porque no nos olvidemos vivimos en un mundo del terror, porque debemos sobrevivir sin importar los medios que se utilicen para este fin; sin embargo un punto clave como respuesta inmediata a esta consigna está el de volver a los preceptos divinos, que hacen que la fe en Dios Misericordioso crezca cada vez más, pues así lo dice el Sagrado Corán: “Yo soy, ciertamente indulgente, con quien se arrepiente, cree, obre bien y, luego, se deja dirigir bien” (Corán; 20:82).

En ese sentido, la “Familia”, en estos momentos cumple un rol de vital importancia, como el núcleo fundamental para la guía del buen vivir en el islam, bajo las normas morales y espirituales tan necesarios en países carentes de lugares, ambientes, mequitas, centros u otros como lo señalamos, para poder llevar adelante la práctica de esta forma de vida; puesto que el islam, considera a la familia, núcleo central de la sociedad del mundo, como la institución más importante para mantener una vida saludable, equilibrada desde el punto de vista moral y espiritual. Porque los padres cumplen una función trascendental y fundamental para desarrollar la personalidad de sus hijos a través de una conducta adecuada, siendo ambos ejemplos vivientes de ellos, y ésta no sólo incluye llevar a cabo juntos rituales religiosos (como las oraciones diarias por ejemplo), sino también implica ayudar a que los niños desarrollen una conducta moral, que incluye el auxilio a los pobres y a los hambrientos, el respeto a los derechos de los demás, el valor de ayuda a los padres y el respeto a ellos, el valor de la vida, el amor a los hermanos, el rechazo a todo lo negativo como las drogas, el alcoholismo, lo negativo en la asistencia a lugares donde se fomente el libertinaje como los bares, discotecas; es decir el alejamiento rotundo del mundo material y del despilfarro para mostrarles el verdadero significado de la vida y todos los demás preceptos para que se desarrolle en ellos principios elementales del buen vivir en el islam a favor del mundo.

“El islam establece una responsabilidad recíproca entre padres e hijos; los padres amarán a sus hijos y les brindarán su atención y cuidado, y los hijos obedecerán y respetarán a sus padres para merecer ese amor y cuidado” (4).

“El Profeta (PBUH) afirma que cada niño(a) entra al mundo con una naturaleza casta que está preparada para aceptar el monoteísmo y las virtudes morales; pero son los padres con sus malos ejemplos que arrastran a sus hijos (as), con una mala educción, hacia la perversión y la corrupción e incluso hacia la infidelidad e hipocresía” (5).

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Al mismo tiempo señalar que el concepto de “Familia” islámico no se limita a los miembros de una sola casa, en este sentido establece de forma clara, que toda la humanidad no es sino una gran familia y que su origen es uno; ya que todos los seres humanos fueron creados de una sola alma. Pensar así y establecerlo es positivo para la formación de un mundo lleno de paz, donde la cooperación y la integración entre todas las personas sean la clave del éxito, y esa consigna hace que la Resistencia sea cada vez más vigente como ejemplo de estilo de vida islámico al mundo.

“Y adorad a Dios, y no asociéis nada a Él y mostrad bondad a los padres, parientes, a los huérfanos y necesitados, al vecino afín a vosotros y al extraño, al compañero que está a vuestro lado, al viajero y a aquellos que se encuentran bajo vuestra autoridad. En verdad Dios no ama al orgulloso, ni al jactancioso” (C. 4: Al-Nisa: 37).

A eso debemos añadir, algunos de los principales valores del islam que al practicarlos, sin lugar a dudas se desarrolla, se acrecienta y se perfecciona el estilo de vida que fomenta el islam como un parámetro a seguir para alimentar el crecimiento espiritual, obviamente en un sentido de equilibrio; pues el ser humano debe desarrollar sus valores de manera proporcional y armoniosa.

La solidaridad dentro de la comunidad, como también fuera de ella, representa uno de los valores y principios claves en el buen vivir en el islam; es decir el servicio a la humanidad, ya que servir a nuestros semejantes es una cualidad humana positiva, confirmada y enfatizada reiteradamente por el Islam. El Profeta (PBUH) la ha ensalzado mucho y en ese sentido, en el área de la ayuda y la cooperación y asistencia, dice el Sagrado Corán: “El hombre recto es quien cree en Dios, en el Ultimo Día, en los ángeles, los Libros y los Profetas. Quien por amor a Dios da de sus bienes a sus semejantes, a los huérfanos, a los necesitados y a los menesterosos y para la redención de los cautivos”. (cfr. 2:177)

En ese sentido también estaríamos refiriéndonos al servicio social que debe cumplir toda persona creyente, en su amor a Dios y también a su prójimo principios elementales que en la actualidad se están perdiendo por la carencia justamente de una visión en servicio a los demás, a los otros, ya que está siendo remplazada por el egocentrismo que alimenta el individualismo y la desigualdad entre los hombres y que está llevando al mundo a la hambruna mundial, donde los ricos y poderosos se sirven de los débiles, de ahí es que el principio de igualdad en el islam prima sobre todo lo negativo; pues Dios nos dice en el Sagrado Corán sobre la bondad, la entrega a los demás: “La piedad no sólo consiste en que orientéis vuestros rostros hacia el Levante o el Poniente, sino que la verdadera piedad es la de quien cree en Dios, en el día del juicio Final, en los ángeles, en el Libro, en los profetas; en invertir su hacienda en caridades, por amor a Dios, a sus parientes, a los huérfanos, a los menesterosos, a los viajeros, a los mendigos, y en el rescate de cautivos. Quienes observan la oración, pagan Al Zakat, cumplen con sus compromisos contraídos, son pacientes, tanto en la miseria como en la adversidad, o durante el combate. ¡Estos son los verdaderos creyentes, y estos son los timoratos! (Corán, 1:177).

La hermandad, la igualdad son precisamente otros de los valores que mencionamos que están dentro del estilo de vida del islam que sin lugar responden a los parámetros de discriminación, racismo e intolerancia que en la actualidad emergen como antivalores, a los cuales el Corán responde: el Profeta dijo: “Ciertamente todos los hombres son iguales como los dientes de un peine, hay una igualdad entre todos, no hay diferencia entre blanco y negro, no hay diferencia entre árabe y no árabe.” Dice que son todos iguales y la única distinción o superioridad de uno sobre otro es lo que llaman “at taqwa”, la piedad, la humanidad y los valores. Es en ese sentido, como estamos comprobando, que en el Islam se propone un sistema en donde se deben proteger los derechos de los desposeídos y de los más débiles, y es por eso es que es fundamental que exista una unión entre justicia social y espiritualidad.

Sin lugar a dudas, por todo lo mencionado, la esencia del estilo de vida del islam, es pilar fundamental para quienes a través de su resistencia viven en países no islámicos, donde no se encuentran lugares para poder practicar el islam; sin embargo como lo dijimos cada familia, cada creyente manteniendo su fe y llevando como escudo la praxis en el vivir bien del islam, adquiriendo cada vez más conocimiento, sabiduría en Dios Misericordioso obtendrá el éxito merecido, porque existe mucho por hacer en cuanto a la difusión del verdadero islam en esta parte del mundo, refiriéndonos sobre todo a América Latina. Pero también debemos enfatizar en ese sentido, en cuanto a las relaciones entre musulmanes y no musulmanes, la enseñanza del Islam trata de una relación de respeto mutuo y, en particular, de tolerancia. La tolerancia es uno de los valores más indispensables en la vida de todo musulmán; pues es necesario por sobre todas las cosas a este respecto que los musulmanes y los no musulmanes mantengan la unión, viviendo en paz, en integración, en continuo enlace interreligioso, a través de reuniones las que lleven un diálogo de confraternidad, en la protección de unos a otros, por el bien del mundo. Como dice el Corán: “No hay compulsión en la religión…” (Corán 2:256).

“La humanidad es una sola familia de Dios y no puede permitir barreras. Los hombres son una comunidad mundial, son uno, y no burgueses o proletarios, blancos o negros, arios y no arios, occidentales u orientales” (6).

 

Notas:

1- Escritora, Periodista, Profesora e Investigadora Boliviana, miembro de la Asociación de Investigadores en Comunicación y Educación para el Desarrollo (AICED) y la Asociación de la Comunidad Islámica Ahlul Bait de Bolivia.

2- Saavedra Alfaro Sdenka, “Interculturalidad Andina, El Suma Qamaña y el Islam en Abya Yala”; Ed. Elhame Shargh, La Paz-Bolivia; Julio 2014.

3-  www.abc.com “Indonesia con más de 242 millones de habitantes 2014 millones son musulmanes”; (31 de enero 2011).

4- Sachedina Abdulaziz, “La juventud musulmana en el siglo XXI”, Departament of Religious Studies University of Virginia; 2012.

5- “Safinatul Bahar”, Vól. 2, P. 373.

6- Khurshid Ahmad, “Islam: Su Significado y Mensaje”, Tercera Edición (Lecester, Uk: The Islamic Foundation), 2000; pág. 30.

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