El doctor Mohsén Fajrizadé, destacado y eminente científico nuclear y de la defensa del país, ha alcanzado el martirio a manos de despiadados criminales a sueldo. Con sus grandes y duraderos esfuerzos científicos, ese sabio singular donó su preciada y valiosa vida en el camino de Dios, y su retribución divina es la elevada posición de mártir.

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Todos los responsables competentes deben colocar diligentemente en su agenda dos asuntos importantes: primero, perseguir este crimen y castigar sin remisión a los perpetradores y a quienes hayan dado la orden; segundo, proseguir la labor científica y técnica del mártir en todos los campos en que él estaba ocupado.

Felicito su martirio a su honorable familia, a la comunidad científica del país y a sus colegas y alumnos en los distintos sectores; expreso mis condolencias por su pérdida, y pido a Dios un elevado rango para él.

Seyed Alí Jameneí

28 de noviembre de 2020