SHAFAQNA | por Abdul Ahad Dawud : Hay una muy antigua discusión religiosa entre los ismaelitas y los israelitas acerca de la cuestión de la primogenitura y el pacto. Los lectores de la Biblia y el Corán están familiarizados con la historia del gran profeta Abraham y sus dos hijos Ismael e Isaac. La historia de la misión de Abraham que provenía de Ur de los caldeos, y la de sus descendientes hasta la muerte de su nieto José en Egipto, está relatada en el libro del Génesis. Según se registra allí su genealogía, Abraham es el vigésimo descendiente desde Adán, y contemporáneo de Nimrod, quien edificó la colosal torre de Babel.
El principio de la historia de Abraham en Ur de Caldea, aunque no está mencionada en la Biblia, fue registra por el famoso historiador judío Flavio Josefo en sus “Antigüedades”, y también confirmada por el Corán,[1] Pero la Biblia no dice expresamente que el padre de Abraham, Tere (Terah), era idólatra (Josué 24:2-14). Abraham manifestó su amor y fidelidad a Dios cuando entró al templo y destruyó todos los ídolos e imágenes allí dentro, mostrándose así un verdadero precursor de su ilustre descendiente Muhammad,[2] Abraham salió ileso y triunfante del pozo de niego donde fue arrojado por orden de Nimrod (Cft Corán 21:68 y sig.). Dejó su tierra nativa para ir a Harán en compañía de su padre y su sobrino Lot.
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Tenía 75 años cuando su padre murió en Harán. En obediencia y en absoluta resignación al llamado divino, dejó su país y empezó un largo y variado viaje hacia la tierra de Canaán, Egipto y Arabia. Su mujer Saráh era estéril. No obstante Dios le anuncia que está destinado a convertirse en padre de muchos pueblos, que todos los territorios que vaya a atravesar le serán dados como herencia a sus descendientes y que “por su semilla todas las naciones de la tierra serán bendecidas”. Esta promesa única y maravillosa en la historia de la religión fue sostenida con una fe inquebrantable por parte de Abraham, quien no tenía descendencia. Cuando fue conducido fuera para que mirara el cielo nocturno y Allah le dice que su posteridad sería tan numerosa como las estrellas e incontable como los granos de arena de las playas marítimas, Abraham le Creyó. Y fue esta creencia en Dios la que “fue contada por justicia”, como dicen las Escrituras.
Una pobre y virtuosa muchacha egipcia, llamada Agar, era una esclava y doncella al servicio de Sarah. Por invitación de Sarah la doncella se casa debidamente con el profeta y de esta unión nace Ismael, como fue anticipado por el Ángel. Cuando Ismael tiene 13 años Allah se aparece nuevamente a Abraham por medio de Su Ángel y la revelación. A Abraham se le repite la misma antigua promesa. El rito de la circuncisión es establecido formalmente e inmediatamente ejecutado, Abraham a los noventa años, Ismael y todos los servidores masculinos son circuncidados y es hecho y sellado el Pacto entre Dios y Abraham con su único vástago varón, con la sangre de la circuncisión como señal o prueba del mismo. Este fue como un tratado concluido entre el cielo y la tierra prometida en la persona de Ismael como único vástago del nonagenario patriarca. Abraham promete lealtad y fidelidad a su Creador, y Dios promete ser para siempre el Protector y Dios de la posteridad de Ismael.
Más tarde, cuando Abraham tiene noventa y nueve años y Sarah noventa, encontramos que ella también tiene un hijo cuyo nombre es Isaac, de acuerdo también a una promesa divina.
Como en el libro del Génesis no se observa ningún orden cro nológico, se nos dice que después del nacimiento de Isaac, Ismael y su madre fueron echados y despedidos por Abraham de una manera muy cruel, simplemente porque Sarah así lo deseaba.[3] Ismael y su madre desaparecen en el desierto. Brota una fuente de agua cuando el niño está a punto de morir de sed, con lo cual se salva. No se escucha nada más de Ismael en el libro del Génesis, excepto que se casó con una egipcia y que cuando Abraham murió estuvo presente junto con Isaac para enterrarlo.
Luego el libro del Génesis continúa con La historia de Isaac, de sus dos hijos, la descendencia de Jacob en Egipto y finaliza con la muerte de José.
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El siguiente suceso importante en la historia de Abraham como la registra el Génesis (Cap. 22) es el ofrecimiento de “su único hijo, como sacrificio a Dios, pero que fue redimido por un camero que le fue presentado por un ángel. Como dice el Corán, «ésta era la prueba manifiesta» (Corán 37:106), pero su amor por Dios sobrepasaba todo otro afecto. Y por esta razón es llamado «el amigo de Allah» (Corán 4:125),
Tal es la breve descripción del relato de Abraham en relación al tema que nos ocupa de la primogenitura y el pacto.
Hay tres puntos definidos que deben ser aceptados como ciertos por todo creyente en Dios. El primero es que Ismael es hijo legítimo de Abraham, su primogénito, y por lo tanto su reclamo de la primogenitura es totalmente justo y lícito. El segundo punto es que el Pacto fue hecho entre Dios y Abraham como así también con su único hijo Ismael, antes de que naciera Isaac. El Pació y la institución de la circuncisión no tendría ningún valor o sentido si no es por la repetida promesa contenida en las palabras divinas: “A través tuyo todas las naciones de la tierra serán bendecidas”, y especialmente la expresión, la semilla “que saldrá de tu vientre, él te heredará” (Génesis 15:4). Esta promesa se cumplió cuando nació Ismael (Génesis 16). Y Abraham tuvo el consuelo de que su principal sirviente, Eliezer, ya no sería su heredero. En consecuencia debemos admitir que Ismael fue el verdadero y legítimo heredero de la dignidad y privilegio espiritual de Abraham. La prerrogativa de que “por medio de Abraham todas las generaciones de la tierra serán bendecidas”, repetido tan a menudo bajo distintas formas, era la herencia por medio de la primogenitura, lo cual era patrimonio de Ismael. La herencia a la que Ismael fue autorizado por primogenitura no era la tienda en la cual vivía Abraham o un camello determinado que usaba éste para cabalgan sino el dominio y ocupación para siempre de todos los territorios que se extienden desde el Nilo al Éufrates, los cuales estaban habitados por unos diez pueblos distintos (Gen. 17:18-21). Estas tierras nunca han sido dominadas por los descendientes de Isaac, sino por los descendientes de Ismael. Este es un cumplimiento real y literal de una de las condiciones contenidas en el Pació.
El tercer punto es que Isaac también nació milagrosamente y especialmente bendecido por el Todopoderoso, y que la tierra de Canaán fue prometida para su pueblo y realmente ocupada bajo Josué. A ningún musulmán se le ocurre desmerecer la posición sagrada y profética de Isaac y de su hijo Jacob, porque desmerecer o rebajar la posición de un Profeta es una impiedad. Cuando comparamos a Ismael e Isaac no podemos sino reverenciar a ambos como santos siervos de Dios. En realidad el pueblo de Israel, con su ley y sus Escrituras sagradas, ha tenido una historia religiosa única en el mundo antiguo, fueron el pueblo elegido de Dios. Aunque ese pueblo se ha rebelado a menudo contra Dios, y caído en la idolatría e impiedad, no obstante han dado al mundo miríadas de profetas y hombres y mujeres virtuosos.
Continua……
Muhammad en la Biblia – Autor: Abdul Ahad Dawud
Notas :
[1] Abraham (árabe: Ibrahim) es mencionado 69 veces en el Sagrado Corán, y su historia está narrada por partes en distintas partes del Libro Sublime. Ver por ejemplo la sura o capítulo 14 que lleva su nombre. (Nota del Editor en español).
[2] Cfr. Corán 21:58, donde se narra como Abraham destruyó los ídolos de su pueblo. También el Profeta Muhammad (BPd), al entrar triunfante en La Meca, limpió el recinto sagrado da la Ka’bah de ídolos destruyéndolos. (Nota del Editor en español).
[3] Es de hacer notar al anacronismo que existe en estos relatos del Antiguo Testamento, lo cual demuestra la alteración en estos pasajes, en cuanto a privilegiar a Isaac por sobre Ismael. Un anacronismo obvio es la comparación entre la circuncisión y el abandono de Agar e Ismael en el desierto. En un lugar (Génesis 17:25) se dice que Ismael tiene 13 años cuando es circuncidado (estando aún en casa de Abraham). Y en ese mismo capítulo se promete a Abraham el nacimiento de Isaac. Según esto, si Agar e Ismael fueron abandonados después del nacimiento de Isaac y de su destete (Cfr. Génesis 21:8 y ss.), al menos 3 o 4 años más tarde de estos hechos de la circuncisión, Ismael tendría 16 o 17 años. No obstante en el pasaje del abandono de Agar e Ismael (Génesis 21:13 y ss.) solo habla de Ismael como de un niño que es “alzado” por su madre, o que llora de sed. Esto indica que la verdad está en la versión coránica: Dios ordena a Abraham llevar y dejar a Agar a Ismael (y no por sugestión de Sarah) en un valle incurro (el valle de La Meca) cuando este último es aún un niño pequeño, y Abraham no dejó de visitar y vincularse con su hijo primogénito, por ejemplo con motivo da la circuncisión, o para la reconstrucción del Templo da la Ka’bah, etc. (Nota del Editor en español).