La Interpretación Ejemplar del Sagrado Corán Sura Al-falaq (La Alborada) – Nº 113

by Katie

SHAFAQNA – Contenido y mérito de su lectura

Mientras un grupo de sabios cree, que fue revelada en La Meca, otro, considera esta sura como medinense. En ella, Dios enseña al noble Profeta (PB) y a los musulmanes, a refugiarse en Él, de la malicia de los malvados. Respecto a la ocasión de su revelación, afirman algunos dichos que el Profeta (PB), había sido blanco de la hechicería de algunos judíos y a raíz de ello había enfermado. Por tal motivo, el Arcángel Gabriel descendió, le enseñó la fosa, en la que habían ocultado los elementos utilizados para tal brujería, juntos la sacaron de allí y recitaron la sura.
Después de ello, el Enviado de Dios (PB), recuperó la salud. No obstante, Tabarsí y algunos otros investigadores, pusieron este relato, cuya documentación, sólo fue confirmada por Ibn Abbas y Aisha, bajo tela de juicio, porque en primer lugar, según la mayoría, la sura es mequinense mientras que la disputa del Profeta (PB) con los judíos, tuvo lugar en Medina. Esto prueba la falsedad de esos dichos. En segundo lugar, porque si el noble Profeta (PB), se hubiese impresionado tan fácilmente por una hechicería, hasta el extremo de enfermar, muy fácilmente le hubieran impedido llevar a cabo sus elevados objetivos. Sin duda alguna Dios, que lo envió para tan majestuosa misión, debía protegerlo de la influencia de las artimañas de esa gente. Y en tercer lugar, porque si aceptáramos, que la hechicería podía surtir efecto en el organismo del Profeta (PB), muchos podrían llegar a dudar en la afección de su alma e ideales. Esto, haría tambalear el principio de confianza y credibilidad en el noble Profeta (PB).
El Generoso Corán rechaza estas imaginaciones diciendo:
“Los impios dicen: no seguis, sino a un hombre hechizado ¡mira con que te comparan! Pero se extravian y nunca podran encaminarse”. (corán 25:8,9)
En cualquier caso, no es posible dudar de la santidad del rango de la profecía, por hadices que no se basan en argumentaciones certeras.
Mérito de su lectura
Dijo el Profeta (PB), respecto a esta sura: “Me han sido reveladas aleyas, como jamás se me han revelado. Son las suras Alfalaq y An-nas”.[1]
Dijo el Imam Baquer (P): “Se dirá, a quien recite estas dos suras más el Ijlas, durante la oración de Uatr (último ciclo de la oración recomendable de la noche): “¡Oh siervos de Dios! te albriciamos que Dios ha aceptado tu oración”.[2]
Dijo cierta vez el Profeta (PB), a uno de sus fieles: “¿Quieres que te enseñe las mejores suras del Corán? -Sí, Enviado de Dios,- le respondió. El Profeta (PB) le enseñó Al-falaq y An-nas y le aconsejó: “Recítalas antes de acostarte y al despertar”.[3]
Evidentemente, estos beneficios serán sólo para quienes crean y practiquen el contenido de los mismos.
Nº 113 – Sura Al-falaq (La alborada)
Bismil lâhi ar rahmâni ar rahîm
1. Qul a udhu birabbil falaq
2. Min sharri ma jalaq
3. Ua min sharri gasiqen idha uaqab
4. Ua min sharrin naffazaati fil uqad
5. Ua min sharri hasiden idha hasad
En el nombre de dios, el compasivo, el misericordiosísimo
1. Di: me refugio en el señor de la alborada
2. Del mal que hacen sus criaturas
3. Del mal de la oscuridad, cuando se extiende
4. Del mal de las hechiceras sopladoras de nudos) (que debilitan las decisiones)
5. Y de la malicia del envidioso, cuando envidia.
1. Qul a udhu birabbil falaq
1. Me refugio en el señor de la alborada
La primera aleya contiene una orden para el Profeta (PB), presentándolo como modelo y guía, dice: “Di: Me refugio, en el Señor de la alborada”.
1. Min sharri ma jalaq
2. Del mal que hacen sus criaturas (de la malicia de cuanto creó)
La frase “de cuanto creó”, abarca a los seres humanos malvados, a los genios, a los animales, a los sucesos desagradables y a la malicia del ego incitador.
El vocablo “Falaq”, deriva de la raíz “falq” y significa; separar o apartar una cosa de otra y dado que, en el momento del alba, se corre la oscura cortina de la noche, para dar paso a la mañana (separa la noche del día), se lo ha definido como “al-falaq”.
Algunos afirman que “Falaq”, es cualquier ser viviente, ya sea humano, animal o vegetal, puesto que la aparición de estos seres, sucede a partir de la división de células primitivas o de la apertura de una semilla, un huevo u otro ser. “Innal lah faaliqul habbi”… Dice el sagrado Corán: “Por cierto que Dios es el germinador de las plantas graníferas y las nucleadas. Él hace surgir lo vivo, de lo muerto y extrae lo muerto, de lo vivo. ¡Éste es Dios! ¿Cómo, pues, os apartáis de Él?” (Corán 6:95).
Algunos otros, le confieren un sentido más amplio, definiéndolo como todo tipo de creación, puesto que en el momento de crear cada ser, se corre el velo de la inexistencia y surge por ende la existencia. Cada uno de los tres significados, constituye un extraño fenómeno, que prueba la grandeza del Creador del Universo.
La expresión “Min sharri ma jalaq”, no quiere significar que la creación divina es mala por naturaleza, dado que “Jalaq” es crear, y el hecho de crear es, por sí misma, una bondad absoluta.
Dice el Sagrado Corán:
 “Que perfecciono todo lo creado” (corán 32:7)
Por el contrario, el “Sharr”, o sea la malicia, surge cuando las criaturas, desacatan las leyes de la creación y se apartan del rumbo trazado por Dios.
He aquí un ejemplo: La sustancia venenosa y los colmillos que poseen determinadas especies animales, constituyen medios de defensa y son utilizados frente al enemigo; lo mismo sucede con las armas que utiliza el hombre, cuando es atacado. Si el medio de defensa, se utiliza en el momento debido: es “jair” benéfico; de lo contrario se convierte en “Sharr”: maléfico.
En determinados casos se considera perjudicial, lo que en realidad beneficia al hombre. Un ejemplo de ello, son los desastres, que advierten y despiertan al hombre de la distracción y le aproximan a Dios. Sin duda esto no es malo.
1. Ua min sharri gasiqen idha uaqab
2. Del mal de la oscuridad cuando se extiende.
El término “gaseq”, deriva de la raíz “gasaq” y significa: oscuridad intensa de la noche. Por eso mismo, cuando el Corán señala el último plazo de la oración del ocaso, dice: “Ila gasaquil lail”.[4]
También se lo define como abalanzarse y atacar. Por consiguiente en la aleya en cuestión, indica a un individuo que se abalanza, o a cualquier ser malvado, que aprovecha la oscuridad de la noche para realizar su ataque. Sin duda, no sólo los animales feroces, salen por la noche de sus escondites y cometen perjuicios, los individuos malvados, también logran sus fechorías durante ese lapso de tiempo.
La palabra “Uaqab”, deriva de la raíz “uaqb” y significa hueco o fosa. Luego, se la definió y utilizó como “entrar” en la fosa. Es como si los seres malvados, aprovecharan la tenebrosa oscuridad de la noche y cavaran fosas para ejecutar sus planes. Probablemente la expresión, también indique infiltración o influencia.
3. Ua min sharrin naffazaati fil uqad
3. De la malicia de las hechiceras sopladoras de nudos.
El vocablo “Naffazat”, deriva de la raíz “nafz”, que en origen significaba: salivar. Como esta acción, requiere de un soplo, se la definió luego como soplar. Sin embargo, la mayoría de los intérpretes dicen que significa “hechiceras”. Ellas, hacían cánticos y soplaban nudos. Otra versión, señala que está referida a las mujeres que con sus susurros, tientan constantemente a los hombres, especialmente a sus cónyuges, con el propósito de debilitar sus ideas, o hacerlos desistir respecto a la decisión final de obras positivas. ¡Y qué sucesos tan mortíferos, han ocasionado esas tentaciones, a lo largo de la historia! ¿Qué fuegos no han encendido?
Afirma Fajr Razí: “Las mujeres dominan a los hombres, cuando su amor se infiltra en sus corazones”[5]. En nuestra época, esta expresión se evidencia, dado que uno de los medios principales de espionaje en el mundo político, es la mujer. A través de “Naffazati fil uqad”, los candados de los cofres de los secretos, son abiertos y las cuestiones más recónditas, descubiertas y puestas al servicio del enemigo.
Algunos otros, dicen que “Naffazat”, son seres malvados o comunidades tentadoras, que desatan los nudos de las decisiones a través de sus propagandas.
No sería una idea remota, sostener que el vocablo tiene un contenido conciso, abarca lo mencionado y también la palabra de los cizañeros, que destruyen las instituciones del cariño.
En realidad, no existe en la aleya, ninguna prueba específica respecto a la hechicería y a la veracidad del relato transmitido. Sólo da a entender, que el noble Profeta (PB), se refugiaba en Dios, de la malicia de los hechiceros, así como cualquier persona que goza de salud, se refugia en Dios de una enfermedad incurable, pese a que jamás la haya padecido.
5. Ua min sharri hasiden idha hasad
5. Y de la malicia del envidioso cuando envidia
Esta aleya, confirma que la envidia, es uno de los peores vicios.
Principales fuentes de maldad y corrupción
La sura, señala tres clases de maldades:
La maldad de los que atacan con corazones oscuros. La de los embaucadores, que debilitan las voluntades: la fe, la creencia, el cariño y la amistad. Y la maldad de los envidiosos.
A través de esto podemos deducir que todos los males derivan de estas tres fuentes.
Relación existente entre las aleyas
Una de las aleyas, nombra a Dios “Rabbil Falaq”, Señor de la alborada. Tal vez, se deba a que los seres malvados tratan de eliminar la luz, la paz y la orientación y en cambio Dios, elimina la oscuridad con la llegada del alba y trae la luz.
El efecto de la hechicería
En el primer tomo, interpretando la sura al-Baqara: “La vaca”, hemos expuesto amplios temas, en cuanto a la realidad de la hechicería en el pasado y en la actualidad y hemos expuesto también la visión del Islam al respecto.
Admitimos parcialmente sus efectos, pero no compartimos las ideas de los supersticiosos. Se hace imprescindible destacar, que el hecho de que Dios, ordene refugiarse en Él, no significa que el Profeta (PB) haya sido blanco de la hechicería. Podría muy bien Dios, haberle aconsejado refugiarse en Él, del pecado y el error, pese a que el Profeta (PB) era infalible. Por medio de la gracia divina, el Profeta (PB), estaba a salvo de semejantes peligros.
Por otro lado, hemos dicho anteriormente, que no está corroborado que la frase “naffazati fil ‘uqad”, fuesen los hechiceros.
La maldad de los envidiosos
La envidia, es una característica satánica, que aparece en el hombre a raíz de diversos factores tales, como el debilitamiento de la fe, la avaricia, la vana ilusión de ver en la ruina al prójimo, etc. La envidia, es la fuente de la mayoría de los grandes pecados.
Dijo el Imam Baquer (P): “La envidia, carcome la fe como el fuego consume la leña”.[6]
Dijo el Imam Sadeq (P): “Son enemigos de la religión: la envidia, la vanidad y la jactancia”.[7]
Evidentemente el envidioso, objeta la sabiduría divina cuando pregunta: ¿Por qué Él, otorga sus mercedes e incluye en Su bondad, a algunos individuos?
Dice el Generoso Corán:
“¿O envidian a la gente  por lo que dios les agracio de su merced?”. (corán 4:54).
Sucede a veces, que con el propósito de ver arruinado a su prójimo, el envidioso se perjudica a sí mismo[8]. Existen en el curso de la historia, numerosos ejemplos. Nos es suficiente, evidenciar lo reprobable de la envidia: el primer crimen cometido sobre la faz de la tierra, se suscitó por envidia. (Caín mató a Abel por envidia).
Los envidiosos, siempre constituyeron uno de los obstáculos en el camino de los Profetas (P) y los gnósticos. Por tal motivo, el Generoso Corán, ordena al Enviado de Dios (PB) refugiarse en el Altísimo, de su malicia.
Pese a que en la sura, el receptor es el Profeta (PB), queda evidenciado que todos los hombres, deben tomarlo como un modelo para sus vidas.
¡Oh Dios nuestro! Nosotros también nos refugiamos en Tu puro Ser, de la maldad de los envidiosos.
¡Oh nuestro creador! Te suplicamos nos apartes de la envidia.
¡Oh nuestro Señor! Salvaguárdanos en el camino de la verdad, de los “Naffazat fil Uqad” y de los embaucadores que susurran.
¡Así sea, oh Señor de los Mundos!
Fin de la Sura Al-Falaq
Fuente: La Interpretación Ejemplar del Sagrado Corán- tomo 27
Editorial Elhame Shargh
Todos derechos reservados.
Se permite copiar citando la referencia.
Fundación Cultural Oriente

[1] Nur Az-zaqalain, tomo 5 p. 716.
[2] Idem.
[3] Idem.
[4] Sura 17:78.
[5] Tafsir Fajr Razí, Tomo XXXII, pág. 196.
[6] Biharul Anuar.Tomo LXXIII, pág. 37, hadiz 1.
[7] Ídem, pag. 48. Hadiz 5.
[8] N. del T.: uno de tantos ejemplos es el de aquel hombre envidioso de su vecino, que para poner en problemas a su vecino, ordenó a su propio esclavo que lo mate a él mismo sobre el techo del vecino, para culpar a su vecino de su homicidio. Para más detalle cfr.: Ali Davani, Cuentos Islámicos.

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