Efrem Yildiz Sadak: “Es lamentable que Occidente no entienda al islam y viceversa”

by Katie

SHAFAQNA – Indudablemente, en los últimos años el islam ha dado mucho de que hablar en el mundo.

La importancia geopolítica de Medio Oriente y la ola de atentados terroristas que grupos radicales islamistas han provocado ha llevado a los ojos de periodistas, analistas políticos y académicos de occidente a situarse sobre el mundo musulmán, que profesa una de las tres principales religiones monoteístas del mundo y la de más rápido crecimiento.

En vista de la falta de entendimiento sobre la complejidad de esta religión, sus expresiones políticas y una supuesta inviabilidad de sus principios fundamentales con un modo de vida occidental, El Diario de Hoy conversó con el académico Efrem Yildiz Sadak, de la Universidad de Salamanca, quien recientemente habló en El Salvador sobre la importancia del islam.

Sadak hizo un recorrido histórico, filosófico, político y semántico de las diferencias entre el mundo occidental, con influencia del cristianismo y ese mundo oriental-islámico del cual, lamentó, se sabe muy poco.

Diferencias fundamentales

El mundo árabe musulmán, explica el académico de ascendencia asiria, es uno de los que más está creciendo en el mundo. De hecho, según los datos más recientes del Centro de Investigación Pew, de Estados Unidos, el islam ya agrupa a 1.8 mil millones de personas, es decir el 24% de la población mundial.

Con estos números, dice, el mundo occidental que suele concentrar gran parte de las decisiones estratégicas globales no puede darse el lujo de no comprender cómo piensa quien profesa el islam.

El islam tiene cinco pilares principales. Uno de ellos es la peregrinación a La Kaaba, en La Meca. Foto por AFP.

Y dentro del entendimiento de esta religión, es importante saber qué lleva a algunos de sus más radicales miembros a recurrir a la violencia contra los que consideran “infieles”, desnaturalizando el mensaje religioso y convirtiéndolo en una herramienta de intolerancia.

Sobre este último punto, el académico de Salamanca explica que “es imperativo entender que las ideas base de las tres religiones monoteístas (cristianismo, judaísmo e islam) son diferentes. Algunas tradiciones del islam lo entienden como alternativa definitiva, una que no admite cuestionamientos. Está ahí el gran problema que motiva al fundamentalismo y sus acciones”.

Sin embargo, aclara algo que debería ser obvio pero es poco comprendido: que el islam es una religión tan compleja que no debería solo verse como sinónimo de violencia.

Esta simplificación hace que los acercamientos sean limitados y en ocasiones improductivos. “Si yo no leo el Corán, cómo puedo hablar con uno que cree en el Corán y lograr algo. Por otro lado, si el que es de tradición coránica no lee el antiguo y nuevo testamento, cómo va a discutir conmigo”, cuestiona.

Además, lamenta la banalización del mundo musulmán. “Al hablar del islam, todos dicen alcohol y el velo, banalizan una tradición larga. Hay mucho más detrás”.

De hecho, y haciendo un breve recorrido histórico, el experto aclaró que en casi catorce siglos de existencia, ha habido modernistas en la religión musulmana. Gente que intentó separar el ámbito espiritual del terrenal, pero “no llegaron a convertirse en una especie de tradición, sino solo en una corriente”.

Aproximaciones a la violencia

Efrem Yildiz no tiene una respuesta al fenómeno del fundamentalismo islamista. Mejor dicho, tiene varias explicaciones que pueden ayudar a entender, desde una perspectiva occidental, qué es lo que lleva a simpatizantes de esta religión a cometer crueles atentados.

Por un lado, considera, hay un intento de reivindicación histórica. El islam alcanzó su punto de máxima gloria bajo el Imperio Otomano, que en el siglo XVII logró extenderse desde el Norte de África, hacia la costa occidental de la Península Arábiga (desde el Sinaí hasta el Yemen Actual). En Europa, alcanzó los Balcanes y el Cáucaso, y controló el Levante en Medio Oriente.

“Teniendo memoria histórica, el fundamentalismo lo que quiere es recuperar aquella gloria”, explicó.

Además, aclaró que la religión musulmana -en muchas ocasiones mediante la fuerza- logró la conversión de muchas civilizaciones que existieron en Oriente Medio y otras regiones de su influencia mucho antes del año de su fundación, 632.

Otra razón de la violencia, a juicio de Yildiz, es que el islam no ha pasado un proceso de revisionismo constante, como lo ha vivido el cristianismo en sus múltiples etapas.

“Aún el mundo islámico no ha dado el paso para someter el texto coránico y la tradición musulmana a un estudio riguroso como pasó por ejemplo en la época del iluminismo con el antiguo testamento. Gran parte del islam no deja espacio a que uno pueda decir ‘una cosa son los dichos y hechos del profeta y otra cosa es el mensaje de revelación’. Aún falta un amplio estudio histórico, crítico, literario”, explicó el académico.

Lo complicado de esta falta de revisión crítica del mensaje del Corán, agrega, es que aquellos pasajes que aluden a la violencia y a la obligación del musulmán de convertir a quienes no profesan su religión siguen viéndose como algo literal, como una orden directa de Dios. Mientras esto sea así, no puede convivir en algunas alas del islam la idea de un practicante que no comparta la literalidad de estos puntos.

“Algunos ya no definen el mensaje como si fuese dictado directamente de Dios, pero muchos lo hacen. El islam tiene que dar este paso para salir de la violencia radical. Lamentablemente, siempre habrá un grupo fundamentalista que aplicará a rajatabla el imperativo de Dios transmitido al profeta”, lamenta.

Un ejemplo que da es un fragmento del Corán, en la sura 8, verso 60, que dice: “Y preparad contra ellos toda la fuerza que podáis y caballería, para intimidar con ella a los enemigos de Dios (…)”. Estos versos, afirma, son problemáticos, pues aquel que los mire de manera textual se siente llamado por mandato divino a ejercer la violencia.

La tercera razón que el académico ve para el constante choque entre el mundo árabe-musulmán y el occidente es la forma de vida y los principios fundamentales entre ambos.

Si bien occidente basa sus creencias y su sistema político en reconocer al individuo y sus derechos, gran parte del islam sigue respondiendo a un modo de vida tribal, donde la pertenencia al grupo justifica al individuo. “Esto se refleja hasta en los nombres, que no solo dicen quién eres, sino de quién eres hijo”, añade.

Por eso, aunque reconoce que nada justifica el uso de la violencia y menos con la crueldad de algunos grupos radicales, aclara que el pensamiento tribal puede ser un factor que explique cómo alguien está dispuesto a actuar con tal dureza contra la vida, pues siente que esa acción tiene sentido cuando el fin último es la sobrevivencia de su grupo”.

Independientemente de las razones que lo expliquen, el académico advierte que el interés por una gran nación islámica (“El califato”) es algo a lo cual muchos radicales no van a desistir y aclara que los ataques que han estado sucediendo en algunas ciudades de Europa y Estados Unidos pueden seguirse dando y, de hecho, llevan varios siglos de producirse en Oriente Medio y Asia.

El islam y la globalización

Por años se ha creído que el comercio y el acercamiento entre naciones llevan paz y cooperación, pues estas encuentran en la convivencia un mejor nivel de vida. Para el profesor Yildiz, sin embargo, en las alas más conservadoras del islam se mira de forma un tanto diferente esta interacción con el resto de culturas, pues asumen la penetración de valores occidentales como una invasión y una amenaza a su forma de vida.

Eso, sin embargo, se ha ido relajando, explica, y en países con una tradición más conservadora como Irán, ya es posible ver por ejemplo más contenido libre en internet o en los medios de comunicación.

“Occidente lleva bastantes décadas viviendo algunas crisis en varios sentidos y el islam lo ve. Los líderes musulmanes están conscientes de esto y de que ha habido líderes dictadores en Egipto, Irán, Siria que han servido como puentes entre occidente y oriente y han velado solo por sus intereses. Siempre se les ha visto como la gente ‘aperturista’ que puede perjudicar al conjunto”, explica.

Además, reconoce que el comercio puede acercar a las naciones pero eso solo sucede cuando es toda la población, y no solo un grupo, quien puede acceder a los beneficios que se producen. En la medida en que la gente siga en pobreza mientras un grupo limitado se enriquece, admite que sigue habiendo terreno fértil para el resentimiento y la rivalidad con los valores de occidente.

Una posible solución

Pese a reconocer que el panorama geopolítico es muy complejo, el profesor Yildiz considera que hay claros asideros de esperanza para construir un mundo en paz y verdadera coexistencia con el mundo musulmán.

El primero, reitera, es entender que no debe haber un simplismo al ver al islam, que también ha producido a grandes pensadores y ha traído al mundo avances tecnológicos, matemáticos y en las ciencias sociales, dentro de lo que destaca a Ibn Jaldún, que en el siglo XIV sentó los pilares de la historiografía moderna.

Lo segundo es que al reconocer que el islam también tiene un gen pacífico, se entable un diálogo interconfesional, entre líderes y entre creyentes de diferentes religiones. Esto permite que se generen lazos de empatía y mutuo entendimiento.

También es importante, a su juicio, que sociedades como las europeas no segreguen a comunidades musulmanas de diferentes procedencias, pues esto genera un clima de exclusión que puede tornarse violento.

Finalmente, lanza un mensaje a El Salvador, donde también se respira un ambiente violento: que no debe caerse en la simplificación de fenómenos complejos y no debe dejarse que el fanatismo de unos vuelva a la violencia la principal solución.

Si un fenómeno no se entiende por completo y el populismo guía la toma de decisiones, afirma que las soluciones pueden generar más choques que el problema original.

You may also like

Leave a Comment

This site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply.

The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.